Lo que nunca pensó hacer el poder colosal de España durante su larga dominacion en el Nuevo Mundo, lo egecutó un pobre religioso, que en su fragil canoa se lanzó entre un enjambre de bárbaros por una senda desconocida. Destinado á egercer las funciones de capellan en la expedicion proyectada en 1780 para reconocer la posibilidad de navegar el Bermejo, el P. Morillo, cuja relacion publicamos ahora, cargó con la responsabilidad, y usurpó la gloria de esta empresa: y sin empeñarnos en justificar los arbitrios de que se valió para realizarla, nos corresponde exponer las ventajas que pueden sacarse.